viernes, 5 de marzo de 2010
Carlos, quiero que me des - fraudes
Carlos…quiero que me des - fraudes
Amontonados tras la presa, que ex –presa,
lo que sienten los lastimados por la jauría,
se encolumnan, se cuadran, se masturban
colmillos para adentro y nalgas abiertas
los soldados de los imperios.
Son los de siempre dice añosamente
la abuela María con el dedo apuntando;
Con su memoria andando.
Son esos te dije – grita la abuela-
al hijo que insiste en no creer,
en seguir repitiendo lo que le dijo TN
y la Magdalena de los malos polvos mañaneros.
-¿No ves las caras y las garras? Insiste la señora,
mientras el desayunado con el licor del mal,
en esa nueva mañana plena de sol y color,
no puede más que repetir de modo útil,
fiel a su patrón: Está todo mal;
“A la yegua la tenemos que voltear”
Mostrando el recibo de la jubilación
Doña María sentencia con firmeza:
- Cuidado con lo que decís;
mirá, yo pude dejar de mendigar
y fregarles pisos a los ricos,
que nunca me aportaron un peso,
gracias a este gobierno.
Sin poder ver, el hijo, lejos de escucharla,
gozoso de ver a su violador riojano en acción ,
rodeado de listos para la nueva/vieja aventura
de golpear al pueblo sin tanques ni sirenas,
se queda inmóvil frente a la imagen de TN.
Dicen, los que pasaban, que en su satisfacción
de ver tan cerca el fracaso, se le escucho gemir:
¡ Carlos, quiero que me des – fraudes!
Poeta Pueblo
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